Dar a conocer la educación como tarea
fundamental de la familia, su valor en el momento actual y la necesidad de dedicar
el tiempo necesario para capacitarse en la maravillosa tarea de ser educadores
de sus hijos.
La importancia de la educación en
el momento actúa cada vez mayor. Consideramos que la familia es el lugar apropiado,
aunque no el único para adquirir una formación integral. La función de la
educación no se podrá desarrollar de manera integral, si no existe entre los
cónyuges una relación armónica. Cumplir en totalidad con las responsabilidades,
algo decisivo en la educación de los hijos.
En el hogar cultivan los valores
que posteriormente definirá la personalidad. Por tanto la educación debe ser
razonable, respetuosa, íntegra, desinteresada y adecuada.
Razonable: Se debe favorecer el
desarrollo de las capacidades, cualidades y actitudes del hijo, de igual manera
ayuda a descubrirlos errores con amor, paciencia y talento.
Respetuosa: Es preciso aceptar
que los hijos son humanos dotados por Dios de libertad total, respetada por él y que nosotros, a imagen suya, debemos también respetar. No quiere decir que
los padres deban permanecer aislados de la vida de sus hijos. Se acercaran a
ellos para orientar e indicarlos elementos para que puedan dirigirse a sí mismo.
Integra: El ser humano está
conformado por inteligencia y espíritu, por tanto la educación debe atender
tres áreas, es decir, deben desarrollarse íntegramente en los planos de la
vida.
Desinteresada: Que no exista egoísmo
paternal. Educar por amor, nunca en beneficio propio. Existen las herramientas,
aquellos utilizados por sus padres para su beneficio no hay la menor preocupación
por su formación y su cultura.
Adecuada: Es importante estudiar
el temperamento y el carácter de cada hijo, para comprenderlo y actuar de
acuerdo con sus necesidades. Cada hijo es único e irrepetible, por tanto es necesario
actuar según las diferencias individuales.
















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